¡Hola!
Este domingo no voy a hablar de metas de fin de año, ni de organización del verano, ni de rutinas que nos salven de algo.
Estamos en la estación de la scampagnata, la gita fuori porta… es decir, la temporada de picnic, excursiones, una manta sobre la hierba —real o imaginaria—.
De platos sencillos que saben a familia y amigos. De una copa, una fruta, una canción… Y del arte perdido —pero recuperable— de disfrutar pequeños rituales que aún se mantienen en el sur de Italia.
Las tradiciones aún resisten
Aquí, incluso en tiempos de prisas, fare una scampagnata sigue siendo una excusa válida para reunirse. Para subir al monte, ir al río, o ir a la playa con una cesta llena de:
– Parmigiana di melanzane
– Frittata di pasta
– Patilla cortada
– Y vino fresco en botellas recicladas
- Ensalada fría de pasta o arroz
-Sándwich de queso
Las comidas se improvisan un poco: se planean y se celebran lo suficiente, se comparten como si fueran festines. A veces sin mesas, pero nunca sin mantel. A veces sin protocolo, pero nunca sin ganas.
En pueblos como Amantea aún se escucha la palabra scialatella, un término dialectal que significa algo así como gozar con todos los sentidos. Comer rico, sin apuros. Disfrutar la comida como excusa para vivir bien.
Un picnic para el alma
Después de días intensos, celebraciones, compromisos o incluso nostalgias, a veces lo que más necesitamos es quedarnos un rato con nosotros mismos… y una bandeja bonita.
Este año, con el boletín, la escritura del libro y el pódcast, confirmé algo simple:
Hay días en los que no hace falta planearlo todo. Basta con prepararme un picnic mental. Un momento para estar conmigo sin urgencia.
Idea que me reconecta
la certeza de que el bienestar no siempre se cocina a fuego alto.
Un pequeño ritual comestible
Esta semana quiero preparar esta mini receta que me reconecta de inmediato con el placer simple (hoy, domingo, compraré los melocotones en el mercado):
Melocotones asados con yogur y nueces
Pienso disfrutarlo despacio. Como si estuviera en una escena de película.
🌿 Para cerrar
Si pueden, hagan caso a esto:
Si el mundo está corriendo, ustedes pueden parar.
Aunque sea diez minutos.
Y sentarse con ustedes mismos o con alguien especial, con un plato sencillo, una idea suave y una intención:
Vivir bien, a sus ritmos.
Gracias por seguir aquí, por leer, por saborear conmigo cada semana.
Nos vemos el miércoles con el antepenúltimo episodio del pódcast
Y si aún no leíste el artículo del 4 de julio, está aquí abajo.
Es un menú lleno de memorias y comida con emoción.
Con cariño,
Cinzia